06-11-2025
Autor: el equipo de FastDoc
¿Qué hacer si el arrendador desaloja la oficina?
El desalojo de una oficina por parte del arrendador representa una situación que requiere conocimiento preciso de los derechos y obligaciones establecidos en el contrato de arrendamiento de local. La legislación española establece procedimientos específicos que deben seguirse cuando un propietario decide recuperar la posesión de un inmueble destinado a actividad comercial o profesional. Ningún arrendador puede proceder unilateralmente a expulsar al arrendatario sin seguir los cauces legales establecidos, independientemente de los motivos que alegue.
La naturaleza del contrato de alquiler de local comercial difiere sustancialmente de los arrendamientos destinados a vivienda. Los derechos del arrendatario de un espacio comercial o de oficina se rigen por principios contractuales distintos, con menor protección legal automática. El contrato alquiler local determina las condiciones específicas bajo las cuales puede producirse la finalización de la relación arrendaticia, así como los procedimientos que deben respetarse.
Fundamentos legales del desalojo en arrendamientos comerciales
La Ley de Arrendamientos Urbanos regula los contratos de arrendamiento de locales de negocio estableciendo un marco normativo que equilibra los intereses de ambas partes. Cuando el contrato de arrendamiento de local de negocio alcanza su fecha de vencimiento, el arrendador recupera el derecho a solicitar la devolución del inmueble. Sin embargo, durante la vigencia del contrato arrendamiento local, el propietario solo puede iniciar un desalojo si concurren causas legalmente establecidas.
El impago de la renta constituye la causa más frecuente de desalojo. Si el arrendatario deja de abonar las mensualidades acordadas en el modelo contrato alquiler local, el propietario adquiere el derecho a resolver el contrato. La falta de pago de una sola mensualidad faculta al arrendador para iniciar el procedimiento de desahucio, aunque en la práctica muchos contratos de alquiler de locales comerciales establecen períodos de gracia o mecanismos de notificación previa.
Otras causas justificadas de desalojo incluyen el uso indebido del local, la realización de obras no autorizadas que comprometan la estructura del inmueble, el subarriendo no permitido en el contrato de arrendamiento local comercial, o el desarrollo de actividades distintas a las pactadas. Cada una de estas circunstancias debe estar debidamente acreditada y, salvo pacto contrario en el contrato arrendamiento local comercial, requiere notificación fehaciente al arrendatario antes de iniciar acciones legales.
Procedimiento legal que debe seguir el arrendador
Ningún arrendador puede cambiar cerraduras, interrumpir suministros o impedir físicamente el acceso del arrendatario al local sin resolución judicial. Tales acciones constituyen coacciones tipificadas en el Código Penal. El único procedimiento válido para recuperar la posesión del inmueble arrendado pasa por la vía judicial mediante el proceso de desahucio.
El proceso se inicia con una demanda presentada ante el Juzgado de Primera Instancia correspondiente. En dicha demanda, el arrendador debe fundamentar las causas del desalojo, aportando el contrato de arrendamiento de un local original y las pruebas que acrediten el incumplimiento alegado. Cuando la causa es el impago de rentas, deben adjuntarse los recibos impagados y las comunicaciones de requerimiento de pago enviadas al arrendatario.
Una vez admitida la demanda, el juzgado cita a ambas partes a una vista que generalmente se celebra en un plazo de dos a cuatro meses. Durante ese período, el arrendatario conserva el derecho a permanecer en el local y a desarrollar su actividad con normalidad. La presentación de la demanda no suspende las obligaciones contractuales del contrato local alquiler, por lo que el arrendatario debe continuar abonando las rentas que se devenguen.
En la vista judicial, ambas partes exponen sus argumentos. El arrendatario tiene oportunidad de presentar su defensa, ya sea negando los hechos alegados por el propietario o alegando circunstancias que justifiquen su conducta. Si el juez estima procedente el desahucio, dicta sentencia ordenando el lanzamiento. Esta resolución establece un plazo para que el arrendatario abandone voluntariamente el inmueble, habitualmente entre diez días y un mes.
Derechos del arrendatario durante el proceso de desalojo
El arrendatario conserva múltiples derechos durante el proceso de desalojo que deben conocerse para ejercerlos adecuadamente. El primero y fundamental consiste en permanecer en el local hasta que exista resolución judicial firme que ordene el lanzamiento. Ninguna actuación del arrendador, por intimidatoria que resulte, puede obligar legalmente al inquilino a abandonar el inmueble antes de que así lo disponga un juez.
Cuando el desalojo se fundamenta en impago de rentas, el arrendatario puede evitar el desahucio mediante el pago de todas las cantidades adeudadas más los intereses y costas procesales. Este derecho de enervación permite paralizar el proceso en cualquier momento anterior al lanzamiento, siempre que se abone la totalidad de la deuda. El modelo de contrato de alquiler de local puede establecer limitaciones al ejercicio de este derecho cuando se ha producido reiteradamente el impago.
El arrendatario tiene derecho a presentar oposición a la demanda de desahucio. Puede alegar defectos formales del contrato de arrendamiento del local, negar los hechos afirmados por el propietario, o acreditar que ha cumplido correctamente con sus obligaciones. Cuando el contrato arrendamiento de local contiene cláusulas abusivas o contrarias a la ley, el arrendatario puede solicitar su nulidad, lo que afectará a la validez de la acción de desalojo.
Durante la tramitación del proceso, el arrendatario conserva el derecho a desarrollar su actividad profesional o comercial. Puede seguir atendiendo a clientes, realizando operaciones comerciales y utilizando el espacio conforme a lo establecido en el contrato alquiler de local. También mantiene el derecho a que el arrendador cumpla con sus obligaciones de conservación y mantenimiento del inmueble, incluyendo reparaciones necesarias no derivadas del uso del arrendatario.
Acciones inmediatas ante una notificación de desalojo
La recepción de una comunicación del arrendador manifestando su intención de recuperar el local requiere actuación inmediata. El primer paso consiste en revisar exhaustivamente el contrato de alquiler local comercial para determinar si existen cláusulas de preaviso, condiciones de rescisión anticipada, o disposiciones específicas sobre finalización del arrendamiento. Los contratos de alquiler de locales suelen incluir pactos que modulan los derechos de ambas partes.
Si la comunicación alega impago de rentas, debe verificarse inmediatamente si la deuda existe realmente. En ocasiones se producen errores en la contabilización de pagos o problemas con las transferencias bancarias que generan reclamaciones infundadas. Cuando efectivamente existe deuda, conviene evaluar la posibilidad de abonarla de inmediato, ya que esto impide al arrendador continuar con el procedimiento de desahucio y evita las costas judiciales.
La comunicación del arrendador debe examinarse para determinar si constituye un simple aviso extrajudicial o si se trata de una demanda judicial notificada por el juzgado. Las demandas judiciales vienen acompañadas de documentación oficial del juzgado y establecen plazos concretos para contestar. Ignorar una demanda judicial produce consecuencias negativas, ya que el proceso continúa aunque el arrendatario no comparezca, y la sentencia se dicta en rebeldía.
Resulta aconsejable buscar asesoramiento legal especializado en derecho arrendaticio urbano. Un abogado puede evaluar la solidez de las pretensiones del arrendador, identificar posibles defensas, y representar los intereses del arrendatario durante el procedimiento. Muchos colegios de abogados ofrecen servicios de orientación jurídica gratuita que permiten obtener una primera valoración de la situación.
Paralelamente, conviene documentar el estado del local mediante fotografías o vídeos que acrediten las condiciones en que se encuentra el inmueble. Esta documentación puede resultar relevante si el arrendador alega daños o desperfectos como causa de desalojo. También debe conservarse toda la documentación relacionada con el contrato de arrendamiento de local comercial, incluidos justificantes de pago de rentas, comunicaciones intercambiadas con el propietario, y facturas de mejoras o reparaciones realizadas en el local.
Negociación y alternativas al proceso judicial
Antes de que el conflicto alcance los tribunales, existen alternativas que pueden beneficiar a ambas partes. La negociación directa con el arrendador puede conducir a acuerdos que eviten el desgaste emocional y económico del proceso judicial. Si el motivo del desalojo es la necesidad del propietario de recuperar el local para uso propio o para emprender reformas integrales, puede acordarse un período de transición que permita al arrendatario buscar alternativas sin la presión de un procedimiento judicial inminente.
Cuando existen deudas acumuladas, puede negociarse un plan de pagos fraccionado que permita al arrendatario regularizar su situación sin necesidad de abandonar el local. Muchos arrendadores prefieren esta solución a iniciar un procedimiento judicial que, aunque probablemente favorable, implica costes, demoras y la incertidumbre de cobrar finalmente las cantidades adeudadas. El modelo contrato arrendamiento local puede modificarse mediante acuerdo entre las partes para adaptarse a nuevas circunstancias.
La mediación profesional constituye otra alternativa efectiva. Un mediador especializado en conflictos arrendaticios facilita la comunicación entre las partes y ayuda a encontrar soluciones mutuamente satisfactorias. Este procedimiento voluntario puede resolver el conflicto en pocas semanas, mientras que un proceso judicial habitualmente se extiende varios meses. Los acuerdos alcanzados en mediación tienen la misma validez que cualquier contrato privado y pueden elevarse a escritura pública para mayor seguridad jurídica.
Consecuencias del lanzamiento y recuperación de garantías
Cuando se ejecuta la sentencia de desahucio y se procede al lanzamiento, el arrendatario debe abandonar el local y retirar todas sus pertenencias antes de la fecha fijada. Si no lo hace voluntariamente, el juzgado ordena el desalojo forzoso con intervención de la fuerza pública. Los enseres que permanezcan en el local quedan a disposición del arrendador, quien puede proceder a su retirada sin responsabilidad por los daños que pudieran sufrir.
La fianza o depósito entregado al inicio del contrato de alquiler de un local comercial debe devolverse al arrendatario una vez desocupado el inmueble, descontando las cantidades adeudadas por rentas impagadas o por daños causados al local que excedan del desgaste normal por el uso. El arrendador debe justificar documentalmente cualquier deducción que practique sobre la fianza. Si no existe acuerdo sobre las cantidades a descontar, el arrendatario puede reclamarlas judicialmente.
Los contratos de alquiler de locales comerciales frecuentemente incluyen cláusulas penales que establecen indemnizaciones por incumplimiento contractual. Estas cláusulas pueden obligar al arrendatario a abonar cantidades adicionales si el desalojo se produce por causas imputables a él. La validez de estas cláusulas penales depende de que no resulten desproporcionadas ni abusivas, criterio que evalúa el juez si el arrendatario las impugna.
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